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La participación en las elecciones europeas se mantiene estable, con un 51 por ciento

La estimación de la participación en las elecciones europeas para renovar los 720 escaños de la Eurocámara para la próxima legislatura se sitúa en el 51 por ciento, prácticamente la misma que en los anteriores comicios de 2019.

"Las primeras estimaciones apuntan a una participación en el conjunto de la UE del 51%", informó la Eurocámara en un comunicado.

Históricamente, la participación en las elecciones al Parlamento Europeo disminuyó constantemente desde las primeras elecciones en 1979 (61,99%) hasta 2014, cuando alcanzó un mínimo histórico del 42,6%.

En 2019, las elecciones que dieron inicio al actual periodo legislativo que termina ahora pusieron fin a este declive y mostraron un interés renovado en la política europea, con un aumento significativo de la participación de alrededor del 8%, lo que la situó en una media de 50,66%. En concreto, se registraron subidas en 19 de los 27 Estados miembros.

Los aumentos fueron particularmente pronunciados en los países con una participación electoral históricamente baja, como Eslovaquia, Hungría, Polonia o Rumanía. Pero la participación también aumentó significativamente en otros más grandes con una historia más larga en la Unión, como Alemania y España (14%, hasta 60,73%).

En general, este incremento se interpretó entonces como un nuevo compromiso más amplio con la política europea y un renovado interés en la Unión.

Según un estudio postelectoral realizado por la Eurocámara, aunque se registraron aumentos en todos los grupos sociodemográficos, el principal factor que contribuyó al aumento fue la participación entre los votantes jóvenes que se movilizaron por la preocupación por el cambio climático y la eficacia de las campañas de comunicación en redes sociales.

La disminución de la participación electoral ha sido siempre una preocupación importante para la legitimidad del Parlamento Europeo y el sistema político de la Unión en general.

Un aumento de la participación fortalecería la legitimidad del Parlamento Europeo y las decisiones que tomará durante la próxima legislatura de cinco años.

El Tratado de Lisboa, que entró en vigor en 2009, otorgó a la Eurocámara nuevos y mayores poderes, en particular reconociéndolo como colegislador de pleno derecho y un papel más importante en la elección del presidente de la Comisión Europea.

Tradicionalmente, los ciudadanos de los diferentes Estados miembros votan más en los comicios nacionales que en los europeos, donde los partidos más grandes obtienen peores resultados, y los partidos más pequeños y los partidos extremos obtienen mejores resultados.

Asimismo, las cuestiones nacionales tienden a ocupar el primer plano de los debates electorales y, a pesar del importante papel de la Unión Europea en la toma de decisiones políticas en los países de la Unión, las elecciones al Parlamento Europeo nunca han logrado involucrar plenamente al electorado en las cuestiones europeas.