Tarjeta de crédito o crédito personal: ¿Cuál te conviene?

El crédito de una tarjeta es un monto que te presta una institución, éste se denomina línea de crédito, la cual es revolvente, esto quiere decir que si utilizas cierta cantidad y después la pagas, podrás disponer nuevamente del total.

De tal manera que si tienes una línea de crédito de cinco mil pesos, pero en la semana gastas tres mil pesos, en tu línea de crédito sólo tendrás disponibles dos mil pesos más, pero si pagas los tres mil que gastaste, entonces tendrás nuevamente cinco mil pesos.

Un dato a considerar es que una vez que llega la fecha de corte de tu tarjeta, normalmente tendrás un plazo de 20 días para pagar el saldo.

Las tarjetas de crédito normalmente tienen algunos beneficios adicionales como sistemas de puntos, bonificaciones o meses sin intereses, éstos regularmente se aplican por utilizarlas.

En crédito personal también es dinero que te presta alguna institución de financiamiento y regularmente tiende a ser un monto superior a los de una tarjeta de crédito, esto con el fin de destinar ese dinero a cosas con un valor muy superior, como pudieran ser bienes duraderos, también podría servirte para consolidar alguna deuda, realizar remodelaciones del hogar o tomar vacaciones.

A diferencia de las tarjetas, este dinero se abona en tu cuenta personal, además tendrás un plazo y una tasa de interés previamente acordada con la institución que te lo prestó, de esta manera puedes solicitar cantidades grandes de dinero e irlas pagando a cómodos plazos mensuales.

Toma en cuenta que con los créditos personales no puedes saltarte los intereses, que a diferencia de las tarjetas de crédito, puedes hacerlo haciendo tus pagos totales.

Sobre qué es mejor, comprar con la tarjeta de crédito o con un crédito personal, Gerardo Obregón, director general de Prestadero.com, plataforma enfocada a los préstamos de persona a persona en línea, recomienda analizar y comparar tasas de interés; considerar el tiempo en que se difiere la deuda; conocer los beneficios adicionales y no usar el crédito para todo, sólo para artículos de mayor valor.

En ambos casos, la mejor forma de utilizarlos es para adquirir bienes que no podríamos comprar cotidianamente o cuyo valor es considerablemente elevado y no pudiéramos pagar de contado. Un error muy común es utilizar tus créditos para cosas cotidianas como pagar servicios, comprar despensa o algo en la tiendita, por poner un ejemplo”.

Además, sugirió ser conscientes de la capacidad de pago que se tiene, porque no hacerlo puede llevar a tener problemas financieros, sobreendeudamiento y puntuaciones poco favorables en tu historial crediticio.

En cambio si tienes un buen manejo de los créditos, esto favorecerá tu score en Buró de Crédito y al solicitar algún otro crédito, te dará la oportunidad de tener mejores condiciones de tasas, montos y plazos”, concluyó.

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