Alimentos grasos son más difíciles de digerir a medida que envejeces

Cuando eres joven, la pizza, las hamburguesas y otros platos con un elevado contenido en grasa parecen un grupo alimenticio más. Sin embargo, a tu tracto intestinal le costará más digerir las comidas ricas en grasas a medida que envejeces.
Si percibes una sensación de pesadez o incluso incomodidad después de una cena rica en grasas, debes saber que no eres el único. La intolerancia a los alimentos grasos, también conocida como malabsorción de grasas, es común a medida que pasan los años. “Las cosas cambian cuando vas envejeciendo, como la capacidad de tu cuerpo para descomponer las grasas”, le dijo a Yahoo Vida y Estilo el doctor Mir Ali, director médico del Centro Quirúrgico de Pérdida de Peso MemorialCare en Fountain Valley, California.
Por supuesto, identificar una intolerancia alimentaria puede ser complicado, sobre todo cuando está relacionada con la grasa. Pero si recientemente has tenido problemas digestivos y no sabes que está pasando, vale la pena considerar una intolerancia alimentaria. Te explicamos qué es y por qué sucede.
¿Qué es la intolerancia a las grasas?
La intolerancia a los alimentos grasos se produce cuando el tracto gastrointestinal tiene problemas para descomponer la grasa, le dijo a Yahoo Vida y Estilo Auriel Willette, profesor asociado de la Escuela de Medicina Robert Wood Johnson de Rutgers. “A medida que envejecemos, el sistema digestivo experimenta cambios sutiles pero significativos que pueden hacer que los alimentos grasos sean más difíciles de tolerar”, señaló.
Eso retrasa el vaciado del estómago, que tarda más tiempo en absorber la grasa, explicó Willette. “Por extensión, los alimentos grasos se quedan más tiempo en el estómago y el intestino delgado. Básicamente, lo que antes era un proceso fácil y automático se vuelve mucho más complicado para un sistema digestivo más viejo”.
Los intestinos empujan los alimentos gracias a una serie de contracciones musculares, le explicó a Yahoo Vida y Estilo Ashley Baumohl, dietista del Hospital Northwell Lenox Hill. “Ese mecanismo, conocido como peristaltismo, puede debilitarse con la edad”, aclaró. “Piensa en una cinta transportadora que se ha ralentizado y el equipaje se sigue acumulando”. Como resultado, “los alimentos fritos que digerías bien a los 25 años podrían afectarte de manera muy diferente a los 60”, dijo.
¿Cuáles son las causas?
Hay otros factores en juego más allá de la lentitud de los músculos intestinales.
El hígado produce menos bilis. La bilis es un líquido digestivo que produce el hígado y que se utiliza para descomponer las grasas. “La acidez (en la bilis) contribuye a emulsionar y digerir las grasas insaturadas y, en especial, las saturadas”, dijo Willette. Por lo tanto, una menor cantidad de bilis afecta la digestión.
El microbioma intestinal cambia. A medida que envejeces, tu microbioma intestinal (compuesto por un montón de microorganismos que viven en tu tracto digestivo y juegan un papel importante en tu salud) se vuelve menos diverso, favoreciendo la proliferación de las bacterias que promueven la inflamación, explicó Willette. Algunos de esos microbios también pueden ralentizar el tiempo que tardan los alimentos en moverse a través del intestino, lo que aumenta el riesgo de intolerancia a la grasa, señaló.
El revestimiento intestinal no es el mismo que antes. A medida que envejeces, tu cuerpo produce menos insulina, una hormona que ayuda a regular el nivel de azúcar en sangre, también conocida como glucosa. Eso podría causar un aumento de glucosa en el cuerpo, dañando el revestimiento intestinal, destacó Willette, quien añadió que “eso tiene un impacto adicional en la absorción de las grasas”.
¿Cuáles son los síntomas?
Identificar cualquier intolerancia alimentaria puede ser complicado, sobre todo una de la que la mayoría de la gente ni siquiera ha oído hablar. Pero Willette apuntó que existen algunas señales que indican que los alimentos grasos no te están sentando bien, sobre todo después de comer:
Tienes náuseas.
Sufres indigestión o reflujo gastroesofágico.
Te sientes incómodo en general.
El retrete también puede ofrecerte algunas pistas. Si tienes problemas para digerir la grasa, tus heces pueden tener un aspecto grasiento, ser de color claro u oler particularmente mal, según la Clínica Cleveland.
¿Algunos alimentos grasos son peores que otros?
No todas las grasas son iguales, le aclaró a Yahoo Vida y Estilo Bethany Doerfler, especialista en investigación gastrointestinal en el Instituto de Salud Digestiva de Northwestern Medicine.
“La cantidad de grasa presente en la dieta quizá no sea tan importante como el tipo de grasa que comemos”, señaló. “Las grasas de origen vegetal ricas en grasas insaturadas, como las que se encuentran en el aguacate, el aceite de oliva, los frutos secos y las semillas, tienen menos probabilidades de causar efectos gastrointestinales negativos”.
No obstante, Willette aclaró que los alimentos ultraprocesados y con alto contenido en grasas, como las papas tostadas o fritas, la repostería industrial y las salchichas, son algunos de los principales culpables. “Suelen ser los más difíciles de digerir porque contienen grasas saturadas o trans, que no solo requieren más energía para descomponerse, sino que son más inflamatorias por naturaleza”, señaló.
También cuenta la forma de cocción de los alimentos ricos en grasa, según Willette. “Freír o ahumar, aunque es sabroso, agravará todos los problemas asociados a los alimentos ultraprocesados”, afirmó.
Tu intolerancia a la grasa podría ser una señal de un problema más grave
La intolerancia a la grasa forma parte normal del envejecimiento, pero suele ser situacional, subrayó Ali. Eso significa que podrías sentirte incómodo después de cenar un gran bistec o pollo frito, pero se trata de un malestar temporal.
“Los síntomas persistentes o graves podrían indicar afecciones más serias”, dijo Willette, citando como posibles problemas una disfunción de la vesícula biliar, la insuficiencia pancreática o la malabsorción de ácidos biliares. También puede ser un signo de una afección metabólica como la prediabetes o incluso el síndrome del intestino irritable, agregó.
Entonces, ¿ya no puedes comer alimentos grasos?
No necesariamente. Si sospechas que eres intolerante a la grasa, debes prestar atención a cómo te sientes después de comer, según Ali. “Prueba diferentes alimentos para ver qué digieres mejor. Si te sientes incómodo después de comer alimentos fritos ricos en grasas, deberías reducir su consumo”, señaló.
Willette coincide en que el camino a seguir pasa por la moderación y una planificación cuidadosa. “Comer raciones más pequeñas de alimentos grasos, como una especie de ‘guarnición’ de alimentos ricos en fibra, verduras de hoja verde o similares puede reducir la carga digestiva y facilitar la absorción de toda la comida”, recomendó.
La calidad de los alimentos también es importante, afirmó. “Las fuentes de grasa de alta calidad proveniente de los productos integrales o poco procesados son mucho mejores porque tu cuerpo no tiene que procesar conservantes y otros agentes no esenciales junto con el alimento en sí”, dijo Willette. Por eso, Doerfler recomienda aderezar los sándwiches con aguacate o hummus en vez de añadir queso o tocino, o cocinar con aceite de oliva. “Si quieres carne con un alto contenido en grasa o papas fritas, hazlo de vez en cuando y la menor cantidad posible”, aconsejó.
Por supuesto, no es obligatorio incluir alimentos grasos en tu dieta y Ali señaló que reducir su consumo es una buena idea a cualquier edad. “También es beneficioso para la salud en general”, subrayó.
Si estás teniendo dificultades para digerir los alimentos grasos o te preocupa algo relacionado con tu salud digestiva, Willette recomienda hablar con tu médico o consultar a un dietista. “Pueden orientarte sobre lo que es normal y lo que podría reflejar una enfermedad subyacente”, aclaró.