Skip to main content

Los móviles Android prometen más de lo que cumplen: ¿actualizaciones que duran años?

En los últimos tiempos, la industria Android parece haber encontrado una nueva bandera para lucir: la promesa de actualizaciones casi eternas. Desde Samsung hasta Google, todos compiten por ofrecer más años de soporte que nunca antes. Pero cuando se observa el ritmo real de actualizaciones y el estado del ecosistema, la historia resulta mucho menos ideal. ¿Qué tan fiables son estas promesas y qué implican realmente para los usuarios?

 

Una obsesión por el soporte eterno… pero con muchas dudas
El mercado Android ha encontrado su nuevo mantra: ofrecer el mayor número posible de años de soporte. Hasta hace poco, dos años de actualizaciones eran la norma, pero ahora las marcas luchan por alcanzar cifras que hace poco habrían parecido imposibles.

Samsung abrió la puerta prometiendo siete años de actualizaciones, superando incluso a Google. No tardaron en llegar las respuestas: los nuevos Pixel también ofrecen siete años de soporte, tanto en sistema operativo como en parches de seguridad. Un logro que, en gran parte, ha sido posible gracias a avances en los procesadores de Qualcomm, capaces de soportar dispositivos hasta por ocho años.

Sin embargo, la pregunta esencial sigue en pie: ¿de qué sirve una promesa si no se cumple con rapidez?

Promesas eternas frente a una realidad fragmentada
Aunque las marcas prometen actualizaciones prolongadas, la velocidad a la que llegan sigue siendo decepcionante. Google es prácticamente el único fabricante que actualiza sus dispositivos en tiempos razonables.

Samsung, por ejemplo, apenas ha comenzado a distribuir Android 15 para algunos modelos premium, pese a que esta versión fue lanzada hace meses. Mientras tanto, el ciclo de Android continúa: cuando un fabricante actualiza, ya estamos a las puertas de la siguiente versión, alimentando así el viejo problema de la fragmentación.
Los móviles Android prometen más de lo que cumplen: ¿actualizaciones que duran años?

Actualmente, solo un 7% de los móviles Android en el mundo están actualizados a Android 15, dejando un alarmante 93% fuera de las últimas versiones. La diversidad de dispositivos explica parte del problema, pero las cifras siguen siendo demasiado bajas para el alcance global de Android.

¿Realmente importa tanto actualizar durante tantos años?
La percepción sobre las actualizaciones ha cambiado. Hace unos años, recibir una nueva versión del sistema operativo significaba rediseño visual, nuevas funciones y mejoras notables. Hoy, en cambio, las actualizaciones se centran más en estabilidad, eficiencia y parches de seguridad.

Innovaciones como la inteligencia artificial —con modelos como Gemini Nano— ya pueden integrarse sin necesidad de saltar a una nueva versión de Android. Mientras el sistema sea seguro y no esté extremadamente obsoleto, la urgencia de actualizar pierde algo de fuerza.

Los fabricantes no se ponen de acuerdo: el dilema de la duración real
No todos los fabricantes ven con buenos ojos esta carrera por extender el soporte. Según Daniel Desjarlais, jefe de producto en Xiaomi, el ciclo de vida real de un móvil para el consumidor promedio es de tres años, no siete.

OnePlus ha expresado una opinión similar, comparando un móvil con un sándwich: aunque el software sea el “relleno” que se mantenga fresco, el “pan” —la experiencia general del teléfono— podría deteriorarse mucho antes. ¿De qué sirve tener soporte durante siete años si la experiencia de usuario se vuelve insoportable en la mitad de ese tiempo?

En resumen, mientras los fabricantes prometen más años de soporte que nunca, la realidad es que la batalla por las actualizaciones sigue siendo más simbólica que efectiva. Google, por ahora, parece ser el único en cumplir con cierta coherencia. ¿Durarán de verdad esos siete años prometidos, o serán simplemente otra estrategia de marketing más?