5 lecciones de liderazgo que nos deja la serie de Michael Jordan

Hacer historia no es fácil y Michael Jordan la hizo: seis veces ganador de la NBA y 5 veces elegido como MVP (jugador más valioso, por sus siglas en inglés).

Eso sí, no fue una “pera en dulce” como persona. Para algunos, excedió el límite de lo aceptable como líder. Por ejemplo, en 1996, la temporada se inició con un violento enfrentamiento entre Jordan y Steve Kerr, una de las conductas reprochables del jugador.

Sin embargo, más allá de algunos de sus comportamientos, su calidad como jugador y líder dejan más lecciones positivas que negativas. Así lo deja ver la serie ‘The Last Dance‘, que tiene 10 capítulos y recoge la historia de éxito y resiliencia del jugador.

De él, como de los grandes personajes, podemos retomar lo bueno y evitar las conductas negativas. Esto es lo que podemos aprender de Jordan, el histórico número 23 de los Chicago Bulls.

Estar abierto a la realimentación

En el documental, Jordan expone que uno de los secretos para ser mejor jugador fue escuchar. “Era como una esponja”, explica el jugador. Y más allá de tener grandes habilidades, siempre se puede mejorar y aprender de los que ya han recorrido el camino. 

El mejor consejo es el ejemplo

En el documental, Jordan dice que podría ser rudo algunas veces, pero nunca le pidió a sus compañeros que hicieran algo que él mismo no hiciera.

Los líderes enseñan por tomar parte del trabajo del equipo y no exigir más de lo que hacen. Michael Jordan se caracterizó por ser excelente en el trabajo que hacía y por ello exigir a sus compañeros.

Recorrer la milla adicional

Uno de los aprendizajes de Jordan es que conformarse con ser bueno no es suficiente, especialmente si se puede ser el mejor. Es por eso que una de las lecciones más importantes que deja esta serie es que siempre se puede dar un poco más de lo que se está dando en el momento, uno de los secretos para ser el mejor.

Respetar a las personas con las que trabajas

El 23 de los Bulls tuvo algunos problemas a lo largo de su carrera, pues sus compañeros se sentían aplastados por el talento y la figura de Michael Jordan. Sin embargo, respetar el trabajo, el talento y el papel de los otros jugadores les permitió a los Chicago Bulls tener temporadas históricas en la década del 90.

Este es un punto fundamental del trabajo en equipo: entender que una persona no carga a los demás, sino todos ponen en el triunfo o en la derrota.

O todos ganan o todos pierden

Relacionado con el punto anterior, uno de los aprendizajes que deja la historia de este jugador es que cuando se juega en equipo se pierde y se gana en equipo. Es por ello que se debe trabajar alineado con las personas y afrontar los resultados como uno solo. 

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