Cáncer de mama: la importancia de conocer nuestro cuerpo para salvar la vida

El cáncer de mama es una de las principales causas de mortalidad en las mujeres a nivel mundial, lo más triste, es que aunque se trata de una enfermedad prevenible sigue arrebatando la vida de las personas que amamos, por ello es importante que las mujeres conozcan su cuerpo para identificar a tiempo cualquier anomalía que pueda indicar la presencia de este enemigo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020 se registraron más de 2 millones de nuevos casos y alrededor de 685 mil perdieron la batalla contra el cáncer de mama, por otra parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reveló que ese mismo año 7 mil 821 mujeres y 58 hombres perdieron la vida a causa de esta enfermedad.

Sí, las cifras son alarmantes a pesar de que la información está a nuestro alcance, hasta el mes de octubre se pinta de rosa para sensibilizar y concientizar sobre el cáncer de mama, pero no estamos acostumbradas a ver nuestros cuerpos desnudos frente al espejo, a explorarlo y nos paraliza el miedo de encontrar una señal de alerta, sin embargo, podría salvarnos la vida.

En entrevista exclusiva para Salud180, la Dra. Georgina Garnica Jaliffe, oncóloga médica del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” y miembro asociado de la American Society of Clinical Oncology, nos platicó la importancia de aprender a conocer nuestro cuerpo con la ayuda de la autoexploración, una valiosa herramienta que nos permite descubrir cualquier tipo de anomalía para hacer la diferencia.

“Tenemos que hacer consciencia de que este es un cáncer muy frecuente, de hecho, es en la mujer es el principal tipo de cáncer en México y a nivel mundial, por lo tanto, necesitamos aprender a conocer nuestro cuerpo porque la autoexploración es fundamental para identificar una situación anormal en alguna de las mamas”, comentó la Dra. Garnica.

De acuerdo con la también oncóloga, la detección oportuna para el cáncer de mama se debe realizar cada mes a partir de los 20 años de edad, siete días después de la menstruación, para conocer cómo son normalmente nuestros senos y así identificar si existe algún cambio en la textura, forma o consistencia, pues cualquier cambio identificado a tiempo puede salvarnos la vida.

“Nuestras mamas son de diferente tamaño porque es parte de nuestra anatomía, sin embargo, si hay un notable cambio de tamaño, coloración inusual, por ejemplo, enrojecimiento, aumento de grosor o inflamación en una parte de la mama, hundimientos, secreción al apretar el pezón, dolor o incluso un bulto en la mama o en la axila, debajo del brazo, son señales que indicarán que es momento de visitar sí o sí al médico”, expresó la Dra. Georgina Garnica.

Independientemente de la autoexploración que se realiza una vez al mes, la Dra. Garnica explica que debemos acudir por lo menos una vez al año con nuestro ginecólogo, con un gineco oncólogo o con un oncólogo, para que también revise nuestras mamas y sea una exploración complementaria a la que ya realizamos, pero también, para que un profesional nos enseñe cómo hacerla correctamente.

Por otra parte, la Dra. Georgina Garnica comentó para este medio, que en el caso de las mujeres que ya no menstrúan porque están en la etapa de la menopausia, deben determinar un día fijo del mes para realizar su autoexploración.

Cáncer de mama: la importancia de conocer nuestro cuerpo para salvar la vida

Muchas mujeres omiten la mamografía una vez que entran a la menopausia al considerar que ya no es necesaria porque creen que ya no hay riesgo de desarrollar cáncer de mama. Sin embargo, la incidencia más alta en el número de casos por esta enfermedad se registra en un grupo de 50 a 59 años de edad con el 45 por ciento de los casos, describe el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

¿Cuáles son los factores de riesgo más importantes para desarrollar cáncer de mama?
Los cambios o mutaciones del ADN pueden causar que las células de los tejidos en la mama comiencen a crecer de manera descontrolada, originando bultos o tumores que pueden ser benignos o malignos, éste es una de las causas por las que se podría desarrollar esta enfermedad, pero no la única, también existen los siguientes factores de riesgo:

Ser mujer: aunque los hombres también pueden padecer cáncer de mama, es 100 veces más frecuente en la mujer que en los varones.

Tener una edad avanzada, ya que el riesgo puede aumentar con la edad

Tener la menstruación a una edad temprana, por ejemplo, antes de los 12 años

Seguir menstruando después de los 55 años

No haber tenido hijos o no haber lactado

Tener un hijo después de los 30 años

Tener antecedentes personales de cáncer de mama o de ovario

Los antecedentes familiares, aunque solamente un 5 o 10 por ciento de los casos registrados con cáncer de mama tienen una relación familiar, describe la Dra. Garnica.

Cáncer de mama: la importancia de conocer nuestro cuerpo para salvar la vida

“Los anticonceptivos orales no tienen el riesgo de desarrollar cáncer de mama sino la terapia de reemplazo hormonal, es decir, las hormonas que se dan a las mujeres durante la menopausia o a quienes ya no producen hormonas y se les está reemplazando mediante pastillas, el riesgo no es en todas, pero las que poseen estrógenos pueden ser un problema o aumentar el riesgo respecto a la población general más o menos 1.3 veces”, comentó la Dra.

Una vez que el oncólogo ha detectado la presencia de cáncer de mama, se establece el estado del cáncer para determinar un pronóstico de vida, así como las mejores opciones del tratamiento, mediante un análisis de sangre, mamografía de la otra mama para buscar signos de cáncer, resonancia magnética de las mamas, gammagrafía ósea, exploración por tomografía computarizada y tomografía por emisión de positrones.

Aunque es importante aclarar que no necesariamente se necesitará realizar todos estos exámenes, sino que el oncólogo determinará los más adecuados basado en cada caso y considerando los síntomas que pueda presentar la paciente.

Aunque existen varias opciones para combatir esta enfermedad, el especialista puede determinar el tipo de tratamiento basándose en el tipo de cáncer, su estado, el grado, tamaño y si las células cancerosas son susceptibles a las hormonas, por ejemplo, tumorectomía o extracción de cáncer de mama, mastectomía o extirpación de la mama completa, radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal, medicamentos de terapia dirigida o inmunoterapia.

“Cada caso se personaliza y el tratamiento definitivamente es muy individual, dependerá de la etapa en la que se encuentre la paciente. Si es un tumor muy grande que ya involucró la piel o músculos o está regado en varias zonas de la mama, es muy difícil que sea posible ofrecer una cirugía conservadora, hay que tomar en cuenta que lo que nosotros buscamos al ofrecer un tratamiento contra el cáncer de mama es curar a la paciente”, expresó la oncóloga Garnica.

Cáncer de mama: la importancia de conocer nuestro cuerpo para salvar la vida

Cuando estéticamente no es posible llegar a un buen resultado se piensa en la mastectomía, pero si estéticamente puede ser favorable, entonces se propone la cirugía conservadora. Sin embargo, en este caso es indispensable que la mujer reciba radioterapia porque si no hay acceso a ella, entonces probablemente no sea buena opción la cirugía conservadora.

Como podrás darte cuenta, la autoexploración puede aumentar tus probabilidades de supervivencia. No olvides realizarla cada mes tu autoexploración de las mamas y un exámen clínico cada tres años si tienes entre 20 a 39 años.

Las mujeres de 40 a 49 años deben realizar su autoexamen de mamas cada mes, su examen clínico anualmente y mamografía cada dos años, mientras que las mujeres mayores a 50 autoexamen cada mes, examen clínico y mamografía anualmente.

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