Los 10 errores más comunes al hacer una dieta

¿Quieres saber por qué tu dieta para bajar de peso no funciona? Te compartimos los errores que podrías estar cometiendo en tu intento. 

Si tus intentos por bajar de peso fracasan con frecuencia, es probable que se deba a algunas fallas en tu alimentación más que a tu fuerza de voluntad. Tu dieta para bajar de peso podría no estar funcionando por diversos motivos.

Existen muchas creencias erróneas alrededor de las dietas para bajar de peso, estos son los 10 errores más comunes que se cometen:

Los 10 errores más comunes al hacer una dieta
1. Restringir demasiado las calorías
Para bajar de peso debes limitar la cantidad de calorías que consumes por día y esto implica comer menos cantidad de lo que normalmente comes, pero ¡nunca debes dejar de comer!

Si lo haces, además de pasar hambre, sólo lograrás que tu metabolismo disminuya y te será más difícil perder peso.

Cuando consumes menos calorías de las que tu cuerpo necesita para vivir, se desencadenan mecanismos de protección para “ahorrar” energía, es decir, tu metabolismo se vuelve “lento” para no gastar de más.

Si comes muy poco y haces mucho ejercicio, pero no logras adelgazar, es muy probable que necesites aumentar tu consumo de calorías en el día para darle “permiso” a tu organismo de acelerar tu metabolismo y gastar energía.

Otro problema al hacer dietas con bajo contenido de calorías es que tu cuerpo usará tejido muscular y no el exceso de grasa, como fuente de energía.

También perderás líquidos y no grasa. No es lo mismo bajar de peso perdiendo músculo o agua que tejido graso.

La única manera de deshacerte de la grasa en tu cuerpo es por medio de un plan de alimentos equilibrado y practicar ejercicio.

2. Ayunar o dejar de hacer alguna una comida
Algunas personas dejan de cenar mientras que otras no desayunan porque creen que así bajarán de peso.

Al omitir comidas el metabolismo se vuelve lento, entonces es muy conveniente comer más veces durante el día.

Los nutriólogos recomiendan hacer cinco comidas al día (desayuno, comida y cena más dos refrigerios) para mantener el metabolismo activo.

Es decir, no sólo hay que reducir las calorías que se consumen durante el día, sino alimentarse de manera ordenada.

Además, tomar un refrigerio o colación a media mañana y a media tarde te permitirá llegar a la comida y a la cena con menos apetito.

Ejemplos de colaciones nutritivas y bajas en calorías:
1 taza de jícamas, pepinos, zanahorias o jitomate
Un 1 vaso de jugo de tomate
Una 1 taza de palomitas de maíz
1 pieza de fruta
1 yogur natural
Comida saludable
Foto: Pexels
3. Tomar poca agua
Cuando tus células utilizan las reservas de grasa de tu cuerpo como fuente de energía, se generan sustancias tóxicas que circulan en la sangre (esto lo puedes percibir por un sabor desagradable en tu boca).

Es necesario tomar suficiente agua simple (al menos 2 litros al día) para que esas toxinas se eliminen a través de la orina y el sudor.

También es requisito que disminuyas la ingesta de sal y otros alimentos con alto contenido de sodio (refrescos con gas, productos enlatados, embutidos, salsa de soya, chile piquín en polvo, etc.) para no retener líquidos.

4. No hacer ejercicio
La forma más saludable y efectiva de perder peso es con una combinación de dieta y ejercicio.

El ejercicio constante te ayudará a mantener tu masa muscular y a tonificar tu cuerpo mientras bajas de peso. La práctica aeróbica es lo más recomendable: caminar, correr, hacer bicicleta, bailar, aeróbics, etc.

Realiza la actividad física que más de agrade al menos tres veces por semana.

5. Comer poca variedad de alimentos en tu dieta para bajar de peso
Si restringes la variedad de alimentos, tu dieta se volverá monótona y aburrida, y te será difícil seguirla por más de un mes.

Lo mejor es hacer cambios que te permitan bajar de peso comiendo de todos los grupos de alimentos para que puedas continuar con la dieta por más tiempo y logres alcanzar tus metas.

6. Eliminar todos tus gustos
Comer es un placer y no sólo una necesidad del cuerpo para obtener energía. Cumplir algún antojo de repente no afectará tu pérdida de peso siempre y cuando lo hagas de forma ordenada y en una cantidad moderada.

Por ejemplo: si eres amante de los chocolates y mueres por comerlos, más vale que te quites las ganas llevándote a la boca uno pequeño y disfrutándolo.

Si no lo haces, lo más probable es que trates de eliminar el antojo comiendo otras cosas “nutritivas” como un yogur, luego una manzana, después unas galletas Marías y al final terminarás comiéndote el chocolate porque era lo que realmente querías.

Darte un gusto de vez en cuando te permitirá estar satisfecha con tu plan de alimentos y podrás mantenerlo por más tiempo.

7. “Castigarte” o dejar de comer el resto del día después de haber caído en “tentación”
Llevas semanas siguiendo al pie de la letra tu plan para bajar de peso, pero por algún motivo “caes en tentación” y comes ese postre que tanto te gusta.

Las consecuencias de este acto resultarán contraproducentes porque te “castigarás” dejando de comer el resto del día y, al tener hambre, te pondrás de mal humor.

Lo mejor es tomarlo con calma y hacer la siguiente comida como la tenías planeada, para que tu metabolismo siga activo, y retomar tu dieta al otro día.

8. Tener expectativas irreales de las dieta para bajar de peso
En pocos meses no es posible perder los kilos que has ganado en años. De igual forma, no puedes pretender alcanzar el “peso ideal” si jamás lo has tenido.

Antes de empezar una dieta debes tener claros tus objetivos. No es lo mismo desear perder peso para que te quede el vestido que te gusta para la fiesta del próximo mes, que querer alcanzar un peso ideal para mantenerlo a largo plazo, con la finalidad de verte y sentirte bien desde el punto de vista saludable.

9. No controlar lo que comes
Un error bastante común es creer que estás consumiendo pocas calorías porque prefieres productos “light”. Sin embargo, “light” no significa que no tenga calorías y si abusas de ellos, estarás comiendo calorías de más.

Otro equívoco muy frecuente es no poner atención a lo que bebes. Los jugos, el agua endulzada, el café y el té que consumes durante el día también se contabiliza en tu ingesta de calorías.

Lo mismo pasa con el tipo de aderezo que usas en las ensaladas, el queso cottage, la miel y la granola que agregas a la fruta, los dulces que comiste entre comidas, etc.

Si no bajas de peso a pesar de que comes poco, sería buena idea que anotaras todo lo que ingieres durante tres o cuatro días; posteriormente, al revisarlo, encontrarás varias cosas que no estabas contabilizando, o descubres que consumes productos ”light” en exceso o que estás cometiendo alguno de estos errores.

10. Dietas para bajar de peso recomendadas por amigas
La dieta que le funcionó a tu vecina o a tu mejor amiga no necesariamente te funcionará a ti; recuerda que cada persona es diferente. ¡Ojo!, algunas de las “dietas de moda” pueden ser peligrosas para tu salud.

Conclusión: Si quieres bajar de peso, lo más recomendable es que acudas con un nutriólogo para que te diseñe un plan de alimentación saludable de acuerdo a tus necesidades, tu edad, tu estatura, tu condición médica, tu estilo de vida, e incluso, a tus gustos culinarios (¡sí es posible!).

Una vez alcanzado el objetivo de llegar al peso deseado de forma paulatina, lo más importante es mantenerlo; esto sólo se puede lograr teniendo la decisión firme de cambiar los hábitos en el estilo de vida de manera permanente.

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