PODER ASESINO

El mundo como tal, no se concibe sin la tecnología, pero, cualquier instrumento tecnológico deja huellas que son rastreadas.
En la década de los 90 se pusieron de moda los famosos beepers que eran los instrumentos favoritos para la comunicación en el bajo mundo.
Luego se masificaron y se convirtieron en un instrumento empresarial.
Con la llegada de los mini mensajes en los teléfonos móviles la tecnología prácticamente desapareció, hasta el día de ayer cuando decenas de miles de beepers explotaron en cadena dejando, según el Ministerio de Salud libanés, decenas de muertos, al menos 2.750 personas heridas y más de 200 de gravedad.
Los beepers, o (buscapersonas) que explotaron habían sido adquiridos recientemente por Hezbollah después de que el líder del grupo ordenó a sus miembros que dejaran de usar celulares, advirtiendo que podrían ser rastreados por la inteligencia israelí.
Un funcionario de Hezbollah dijo que los dispositivos eran de una marca nueva que el grupo no había usado antes.
Las explosiones se produjeron presuntamente como resultado de la implantación por parte de Israel de material explosivo en un lote de buscapersonas importado recientemente a Líbano por una empresa taiwanesa.
La guerra tecnológica recién comienza y no solo sirve para el desarrollo de la humanidad, si no también para destruirla.
Es como la energia atómica en manos de un asesino.