El virus del Nilo se desmadra en Andalucía: ¿cómo te afecta y qué has de hacer para protegerte?
El virus del Nilo occidental sigue causando estragos en Andalucía. Esta no fue la comunidad en la que se detectó el primer caso de esta enfermedad en humanos. El primer diagnóstico tuvo lugar en Cornellá de Llobregat, Barcelona, en 2004. Sin embargo, en 2010 se detectaron dos casos en la provincia de Cádiz y desde entonces la situación en Andalucía no ha hecho más que empeorar. Si bien en 2023 solo hubo 19 casos, en lo que va de 2024 se han detectado ya alrededor de 80 positivos, aunque posiblemente sean muchos más. Además, la Junta de Andalucía ha reportado el fallecimiento por el virus del Nilo de 7 personas.
La situación es muy preocupante. Los vecinos de las provincias más afectadas han puesto en marcha una plataforma que reclama a la Junta de Andalucía una mayor atención. Por su parte, desde la Consejería de Sanidad señalan que se están reforzando las medidas contra el virus. Tenga quien tenga la razón, lo innegable es que el virus del Nilo no deja de avanzar en tierras andaluzas. Incluso ahora que el calor va remitiendo y los mosquitos deberían ir disminuyendo sus poblaciones, los casos siguen aumentando.
Entonces, ¿qué debemos saber sobre el virus del Nilo occidental? ¿Hay medidas para prevenirlo? ¿Cómo de grave resulta? Dado su avance, es importante conocer la respuesta a todas estas preguntas.
Solo dos provincias libres del virus del Nilo
Para estudiar el avance de un virus es importante conocer cuál es su reservorio habitual. Es decir, el huésped en el que mejor vive y se reproduce, normalmente sin causarle síntomas. En el caso del virus del Nilo occidental, su principal reservorio son las aves. Esto significa que es en sus células en las que mejor se reproduce el virus y que son la principal vía de contagio. Los mosquitos son vectores del patógeno, pero las aves son los animales de los que principalmente lo extraen.
Por otro lado, existen hospedadores accidentales o, lo que es lo mismo, animales cuyas células también tienen receptores para el virus, a pesar de que no son en las que mejor se reproducen. Para el virus del Nilo occidental, los humanos somos hospedadores accidentales. Pero no estamos solos. También puede afectar a otros mamíferos, especialmente a los caballos.
Por eso, para hacer el seguimiento geográfico del virus se suelen estudiar células de mosquitos, aves y caballos. Además de los humanos, por supuesto.
En lo que va de año en Andalucía, se han detectado casos en humanos en 5 provincias: Sevilla, Cádiz, Huelva, Jaén y Córdoba. En las tres primeras se han encontrado también casos en caballos. Y hay una sexta, Málaga, en la que se ha encontrado el virus en muestras de mosquitos, pero no en humanos. Por lo tanto, Almería y Granada son las únicas provincias andaluzas en las que aún no hay ni rastro del virus del Nilo occidental.
¿Cuáles son los síntomas del virus del Nilo occidental?
Dado el avance del virus, es importante conocer cuáles son sus síntomas. Así, se puede detectar lo antes posible. Estos pueden aparecer entre 1 y 14 días después de la picadura, por lo que a veces es difícil enlazarlos con un mosquito. Ya no recordamos que nos picó.
Entre los más comunes, se encuentran el dolor de cabeza, abdominal y de garganta, la fiebre, la falta de apetito y los sarpullidos. También pueden aparecer síntomas digestivos, como náuseas, vómitos y diarrea. Y, por supuesto, como ocurre con otras infecciones, se puede detectar inflamación en los ganglios linfáticos. Además, en los casos más graves puede haber otros síntomas, como debilidad muscular y de las extremidades, rigidez del cuello o confusión.
Es un abanico muy variado de síntomas, por lo que se pueden confundir con otras muchas enfermedades. No obstante, en las zonas más afectadas por el virus es importante prestar mucha atención a su aparición. Sobre todo con pacientes de riesgo, como personas mayores, pacientes inmunodeprimidos o embarazadas.
En esos casos, el riesgo de complicaciones como la inflamación cerebral suele ser mayor. Se calcula que una de cada diez personas con inflamación cerebral por este motivo terminan muriendo, por lo que es importante prestar atención a dichos casos.
Precisamente, al tratarse de una enfermedad cuya mortalidad suele darse en personas con problemas de salud previos, hay cierta discusión sobre la cifra real de fallecidos en 2024. Según la plataforma contra el virus del Nilo occidental, no ha habido 7 muertes, sino 9. La cuestión es que la Junta de Andalucía ha descartado dos casos por haber muerto con el virus, pero a causa de una enfermedad previa. ¿Hubiesen muerto igualmente sin la infección? No lo sabemos.
La prevención es poder
Como cualquier virus que se transmite por mosquitos, la mejor forma de prevenirlo es prevenir las picaduras. Para ello se aconseja el uso de repelentes y ropa que cubra la mayor cantidad posible de piel si vamos a estar cerca del agua estancada.
En casa se deben colocar telas mosquiteras en las ventanas y evitar que se estanque el agua. Por ejemplo, hay que vaciar regularmente los platos de los maceteros y los recipientes de basura. Todo esto, lógicamente, es primordial en las zonas más afectadas. Aunque no está de más implementarlo en otros lugares. Toda precaución es poca.